Desde que se fue los días se volvieron más fríos, las rosas dejaron de crecer, los claveles se marchitaron...
El aire húmedo comenzó a oler a rancio.
Ella esperaba sola, contemplando los cristales empañados. Cada día volvía a su memoria un fragmento de Larra que ni siquiera recordaba haber leído..."Los vapores condensados se deslizaban a manera de lágrimas a lo largo del diáfano cristal; así se empaña la vida, pensaba; así el frío exterior del mundo condensa las penas en el interior del hombre, así caen gota a gota las lágrimas sobre el corazón"
absolutamente emotivo y empático!
ResponderEliminar=)