La básica, instintiva y humana tendencia que nos inclina a amar lo que nos ama es la que me ha llevado a esta situación.
Hasta las rocas más firmes son erosionadas por el viento, imaginaros entonces lo que puede hacer conmigo, un grano de arena, todo un torbellino de afectos. Y decidme, si este torbellino frenase ¿no echaríais de menos su fuerza centrípeta?
Aún así nunca podrá la tierra mezclarse con el aire.
nunca lo habia pensado, pero la verdad es que tienes toda la razon, cuanto mas nos qiere alguien, más qeremos... o creemos qerer.
ResponderEliminarun beso!
um... yo pienso, siguiendo tu metáfora, que la tierra y el aire sí pueden unirse, de hecho el aire está en todos lados...
ResponderEliminarUn saludo!