El parque estaba desierto y los columpios, tan quietos, parecían tristes...Esta vez Matilde se sentó en el derecho, por si acaso.
Sintió que su corazón temblaba de miedo y deseo cuando el chico de ojos ambiguos apareció de repente en la entrada del parque, dio unos pasos vacilantes hacía donde se encontraba Matilde y finalmente se paró, observándola con expresión curiosa. Matilde tuvo que apartar la mirada, su corazón ahora convulsionaba exaltado, el golpeteo frenético del pecho le dolía intensamente. Se obligó a sí misma a levantar los ojos del suelo, pero lo que vio ahora hizo que su corazón empezará a tiritar de frío, el chico se alejaba cada vez más rápido.
Pobre Matilde, la llenó de ilusiones para luego marcharse..
ResponderEliminary seguro que el corazón hacía: quedatequedate. mf!
ResponderEliminarArthur Schopenhauer hablaba de la "voluntad" como una realidad natural, decía que en 'en el fondo' todo no es sino un deseo ciego, insaciable e incansable.
ResponderEliminarMe gusta el comentario de "Enrojecerse" por eso mismo, por pensar que tu corazón tenía la "voluntad" de que se "quedase".
!Que vuelva¡ Pobre matilde..
ResponderEliminarBonito blog. Un beso!
.M