jueves, 17 de febrero de 2011

"Que sea cierto el jamás" ¡Oh, muérete!

Es estender por qué al pronunciar la palabra "titiritero" me acuerdo de las cosquillas. Es entender por qué la palabra "regocijo" sufre o por qué los murmullos susurran carcajadas. Es sentir que la palabra "anhelo" es tan líquida como el agua  y que la palabra "quebrarse" ya está quebrada.  Es saber que la palabra "amor" es demasiado ordinaria o reconocer que los (de)svaríos, los (de)sequilibrios y los (de)lirios están locos de remate.

4 comentarios:

  1. Siempre pagan las consecuencias los locos de remate xD
    Chulo chulo, A. :D

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  2. Locos de remate, pero no por ello menos ciertos.
    Jamás digas jamás.
    ¡Oh, sea cieertamente incierto el jamás: let it be!
    Meredith

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  3. Me encanta cómo escribes, me encanta este blog! Te sigoooo:)

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