Amé a la lluvia y se secó el cielo,
amé al viento y cesó su llanto.
Amé tus alegres ojos pardos
y se volvieron tristes y ciegos.
Amé tu sonrisa inocente,
tu risa franca y grácil
y se tornaron en algo frágil,
huidizo, cobarde, evanescente.
Amé el hogar que formaba tu abrazo,
la calidez de tu piel palpitante
y se mudaron en realidad anhelante,
en sueños de un invierno helado.
en efecto.Parece un poema de la escuela de Astorga;)
ResponderEliminaramé el hogar que formaba tu abrazo... JODER, CHAPEAU!
ResponderEliminarMe encanta.
ResponderEliminarSin palabras me has dejado, y mira que eso es raro. diré solo... extraordinaire, inolvidable!!
ResponderEliminarEspero sinceramente que fuera esto lo que ganó el concurso. Lo acabo de convertir en mi poema preferido de tu amplio repertorio. =)