sábado, 13 de noviembre de 2010

Aunque llegue tarde el 12.



Huele a que existes.
Huele a que la segunda vez que te vi decidí enamorarme.
Huele a tu boca, que es fría, ausente, y aún no tiene nombre.
Huele a que tengo miedo, miedo de verte y de no verte, miedo de que me mires y de que no lo hagas, miedo a que me sonrías y a que no oscilen tus labios...
Huele a mis ojos diluviando si no vuelves, si te mudas, te compran un coche o prefieres ir andando.
Huele a latidos frenéticos con mi espalda apoyada en el cristal y mis ojos apoyados en tu pelo.
Huele a que creo que eres un poco de sol, un poco de amanecer, un poco de hielo, un poco de aire y un poco como de caramelo.
Huele a timidez titilando y a la vez cayendo, a cobardía mutando y a yo confiando en que lo hagan.
Huele a que o tengo o me muero.
Huele a nosotros sin ser nosotros.

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