Aquel bicho tenía demasiadas ruedas, era demasiado largo y llevaba demasiada gente. Era peor que quemarse con el aceite de las patatas fritas.
No estabas y me enfadé. No era plan de comprar una peluca rubia en los chinos y unas lentillas azules, y obligar a punta de pistola al conductor a que se disfrazara de tí.
Tenía que ser lunes.
Podría haber acudido todas las en punto a la parada, pero las probabilidades de que algo que esté rico no engorde son nulas. Igual que son nulas las de morirme de un ataque de risa en vez de que me salga un cáncer.
Mañana volveré a esperar, y si no fuera porque mi abrigo rojo no pega con mi gorro turquesa, me lo pondría, pero hay cosas que no pueden ser.
Tú no puedes ser.
Me encantan los finales impactantes-verdaderos tras divagaciones fantásticas-maravillosas.
ResponderEliminartenía que ser lunes...
ResponderEliminarpues me ha sacado una sonrisa ;D
↑
ResponderEliminarHa sido gracias a mí.
Me gustan tus rarezas. Y el brócoli. Y los lunes. Pero los chinos no.
ResponderEliminar.G.
Qué trágica te pones a veces, Chari...
ResponderEliminar(Y triste también)
:(
Me gusta, me gusta, y mejor, me vuelve a requetegustar más aún :)
ResponderEliminarEs cierto, los lunes son un asco.
¡Jajajaja! ¡Me encanta ese tonito! :D
ResponderEliminarla amo, sus canciones ye hacen volar ñ.ñ
ResponderEliminarUn besito(: