viernes, 29 de julio de 2011

Hasta dentro de algún tiempo.

Haste ayer pensaba que Agosto tenía treinta días. Hoy lo he comprobado y  al final tiene treinta y uno.
Allá donde voy no hay internet, menudo desafío.

jueves, 28 de julio de 2011

Tampoco te creas que te digo la verdad.

Yo quería ser la primera que se enamorara de ti
y de tus aires de ser extraordinario
que no se parece a nadie
salvo a todos aquellos que tampoco se parecen.

Y más que la primera,
yo quería ser la única
y que aún así me rechazaras,
porque tú ya tienes bastante con amarte a ti mismo
y contestar tus propias cartas.

No queda nada bonito para decirte
que no te hayas dicho tú ya
algún días de estos
en los que te crees un Dios
porque tu perro acerque su hocico a tu oreja
y yo le envidie por ello.


PD: Sigo sin poder firmar en algunos blogs. Estoy que rabio.

miércoles, 27 de julio de 2011

Lo que más te gusta de este mundo
es que te diga que te quiero sin decírtelo.
Que te diga,
por ejemplo,
que cuando sonríes se abren paréntesis de película francesa,
y que,
por una vez,
si se suprime el contenido
la oración pierde el sentido
y todos sus verbos se tambalean.
Te gusta que te llame escapista
y que ya no te hagan falta subterfugios
para evadirte
de mi
y de mis cosas tontas.
Que son tontas por tu culpa.




PD: Perdonad todos aquellos a los que no os comento, pero es que en muchos blogs no me deja :S

martes, 26 de julio de 2011

sábado, 23 de julio de 2011

Ellas, tan amadas.

Hace ya seis meses del origen del yin y yang y del maravilloso equilibrio de melanina que se produjo en su núcleo. Hace ya seis meses que una fuerza arrolladora se encontró con una fuerza dulce que consiguió calmarla. A su vez, esta fuerza dulce aprendió de la fuerza arrolladora todo lo vertiginoso que puede ser el amor.
El yin y el yang son interdependientes (dice la wikipedia) y no pueden existir el uno sin el otro, del mismo modo que no puede existir el día sin la noche. La fuerza arrolladora no puede vivir si la sonrisa de la fuerza dulce, ni esta sin los constantes disparates de la primera.
El yin y el yang se consumen y generan mutuamente. Por eso, la fuerza arrolladora y la fuerza dulce son las únicas capaces de proporcionar la felicidad a la otra.

sábado, 16 de julio de 2011

Creo que estoy enfermando.
Sé que ocurren muchas más cosas de las que en realidad percibo y eso me obsesiona terriblemente. Ahí fuera, a mi alrededor, hay millones de actos de tamaños variables de los que no tengo conciencia. Esto me hace pensar en una especie de muerte psicológica. Es como si estuviese desapareciendo. A veces me sorprendo tomando decisiones que nada tienen que ver con la realidad que vivo. Son decisiones que muchas veces estás relacionadas con las historias que leo en los libros. Ponerme contenta porque alguien me hable de un taller barato donde poder arreglar mi coche y en realidad no tener coche, o decidir llamar a mi tío Paul para que me invite a Australia a pasar las vacaciones, cuando mis padres son hijos únicos, es preocupante.

jueves, 14 de julio de 2011

En mi vida hay tres clases de hombres: aquellos a los que amo, aquellos a los que amaría si no amase ya a los primeros, y aquellos a los que no podría amar jamás.

martes, 12 de julio de 2011

Que vengas, que te vayas, que te quedes, que me mientas, que me digas la verdad, que me eches de menos, que me eches de más, que creas que te olvido, que te creas inolvidable, que dudes, que estés seguro, que me odies, que no hagas lo contrario, que te pongas triste por mi culpa, que tengas miedo, que me sueñes, que te creas diferente, que no quieras conmigo, que no quieras sin mi, que olvides, que me olvides, que me recuerdes, que no leas lo que escribo aquí, que me encuentres por los libros, que me admires, que no me llames por mi nombre, que seas egoísta, que sonrías, que me hagas sonreír, que me hagas llorar, que me hagas caer en todas tus trampas, que sea sin querer, que sea adrede, que nada de esto cambie nada.

lunes, 11 de julio de 2011

miércoles, 6 de julio de 2011

La imposibilidad del fenómeno.

Si acaricias con tus dedos las yemas de los míos,

justo como hiciste ayer,

a los dos nos parece que quizá si te quiero.

Y los dos nos ponemos tristes

porque los dos sabemos que no es cierto.

Y los dos nos preguntamos

por qué deje mi mano entre las tuyas,

justo como hice ayer,

durante tanto tiempo.

lunes, 4 de julio de 2011

Lagunas de aire.

Ser el mejor amigo de tu mejor amigo, encontrarte una pipa pelada, comprar helado de chocolate a mitad de precio, las escenas de las películas que hay después de los créditos, sentarte al lado de un chico guapo en el autobús, adivinar las respuesta de los concursos de la tele, recibir una carta, tener un adminador secreto y no descubrir nunca quién es, un beso de buenas noches cuando ya estás medio dormido, que el personaje de un libro se llame igual que tú, comerte la última la última galleta del paquete...

domingo, 3 de julio de 2011

Naves espa/eciales.

Cuando las naves espaciales llegan al cielo son tan pequeñas como pipas de girasol. De niño, mi padre me llevaba a ver despegar naves espaciales. Eran enormes. Lo que más me gustaba era la parte de arriba, esa que tiene forma de bala. Para verla había que girar la cabeza hacia atrás y estirar mucho el cuello. Las naves espaciales atraviesan el cielo y aún llegan más allá. Por eso a mi me preocupaba la gente que se había mudado a vivir tan arriba. Pensaba que las naves espaciales destruirían mucho a su paso. Los daños materiales serían grandísimos. Incluso podría haber muertos. Qué inconscientes eran los que aún no habían dejado de vivir nunca.
Esto fue juzgarlos injustamente. Más tarde decubrí que construían las naves de tal manera que fueran disminuyendo su tamaño conforme ascendían. Cuando llegan a la línea azul que hace de frontera con el cielo, es ya casi imposible verlas. Los habitantes de arriba deben creer que son mosquitos.

viernes, 1 de julio de 2011

Ahora te guiño y desapareces.

A nadie le importa que yo te esté olvidando de una forma distinta a todas las demás formas que hubo antes. Y sé que al principio no sabré muy bien que hacer conmigo misma, que probablemente diga que me enamoro del primer chico que vea sentado en el banco de algún parque o que mire el escaparate de alguna librería. Que me de por escribir un libro que cuente la historia de un olvido en menos de diez páginas. O quizá que desde ahora me gusten las mujeres, que son más valientes en el amor. Pero todo esto son solo hipótesis, lo que está claro es que no dejaré que vuelvas nunca más.