lunes, 31 de octubre de 2011
Se podría decir que es marinero - o al menos que lo fue de joven - porque tiene los ojos azules y está cojo de una pierna. Supondréis que eso no es suficiente para decir de alguien que es marinero, pero es que además tiene un no sé qué raro en la boca que recuerda a la forma que toman los labios al tener una pipa entre ellos. Y luego está su cara, su cara a trozos morena y a trozos mal afeitada, que sería la envidia de Francis Drake.
domingo, 30 de octubre de 2011
Yo un día le dije a Andrea que una de dos: o se llamaba Alejandro o tenía los ojos azules. Y yo ayer (a parte de soñar que Irene tenía novia) soñé que conocía a un chico. Le preguntaba que cómo se llamaba y él me contestaba que depende, que podía llamarse Omar o Alejandro. Y el chico era moreno y le llamé Alejandro. Pero entonces me besó. Y se me cayó un diente. Y le dije que sería Omar, pues. Y él se rió y se fue.
jueves, 27 de octubre de 2011
La catarsis perfecta se alcanza bajo un edredón con las esquinas grapadas al colchón. Da igual que afuera llueva o haga sol, que alguien te grite y te odie, que haya bestias despedazándose entre ellas por ver cual es la más humana. Da igual que nunca te hayas enamorado, que te hayan roto por sitios impensables, que te hayan obligado a convertirte en millones de ángulos agudos.
PD: Si tenéis tiempo, y si os gusta lo que veis, votad aquí.
PD: Si tenéis tiempo, y si os gusta lo que veis, votad aquí.
domingo, 23 de octubre de 2011
martes, 18 de octubre de 2011
"- Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces. ¿Sabes?...Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
- ¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces?
El principito no respondió."
No lo he olvidado. Ven conmigo. Y a los jardines de Kensington, a ver a Peter Pan. Y a París. Yo en el círculo polar ártico y tú fuera. Un beso. El desierto del Sahara, de noche, entre dos dunas, bajo una sola estrella. Allí, justo allí, esperaremos.
martes, 11 de octubre de 2011
Estoy triste, Molina.
Ahora que me preguntas, no sé, igual sí que estoy un poco triste hoy. Porque, ¿sabes?, noto como algo raro aquí, en la boca del estómago y creo que es eso, tristeza. Y antes lloré un poco, y ahora también. Y tengo pena por no echar a nadie de menos, y esa pena es peor que la pena de extrañar a alguien. Es una pena como de extrañar a todo el mundo, imagínate que grande tiene que ser... extrañar a millones de personas todas a la vez, de golpe. Y vuelvo a sentirme como a los quince años, que igual parece que no ha pasado tanto tiempo, pero cuando se es así, tan joven, pues es como que quedó muy lejos, como en otra etapa, y da miedo estar allá atrás. Que yo de aquella me quería marchar de aquí, pero no me atrevía ¿sabes?, porque yo sentía que mi mamá me quería mucho y no podía dejarla. Que se iba a quedar triste para siempre si me iba. Además, me daba miedo irme. Qué porras, ahora también me da miedo, mucho más que antes. Creo que el problema es que hay un diferencia enorme entre la persona que soy y la que me gustaría ser, porque yo hablo muchas veces de conquistar el mundo, pero luego yo solo quiero vivir tranquila, sin problemas, sin enfrentarme a nada, que me da mucho miedo morirme.
Y yo sé que tú me entiendes, Molina, porque eres mujer como yo y porque también estás triste.
Y yo sé que tú me entiendes, Molina, porque eres mujer como yo y porque también estás triste.
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