miércoles, 29 de septiembre de 2010

Desamparo.

Mi nueva mejor amiga se llama Desamparo, que no Soledad.
Tiene los ojos grises y vidriosos como la pena y siempre está llorando.
Es más vieja que el diablo y por lo tanto también más sabia. Dice que cuando ella nació las rosas aún fabricaban espinas para protegerse de los corderos, y ya se sabe que las rosas se rindieron hace mucho tiempo, cuando el mundo aún era joven y la Luna coqueteaba con el Sol, que era por entonces todo un caballero rompecorazones.
A Desamparo le gusta mucho el frio, y que por las noches las nubes no tapen a las estrellas, que son un poco como ella y se quieren como hermanas.

Desamparó nunca amó, al menos no recuerda haberlo hecho.

A Desamparo le gusto porque soy pequeña y cobarde, porque se me escapan las sonrisas y me asusta tener que pronunciar palabras dificiles, que son muy tramposas y me enredan la lengua.
También dice que le hace gracia la manera que tengo de disimular mi mala relación con Felicidad, que es muy escurridiza y nunca se queda mucho tiempo conmigo. Y eso que me ha prometido que me acompañara cuando me decida a ver ponerse el sol cuarenta y tres veces.

lunes, 27 de septiembre de 2010

El más ínfimo de los destellos.

A ella le dijiste que te ibas para que pudiese echarte de menos.
No sabías que tan solo le bastaba lo que dura un parpadeo para saber que se sentía al añorarte.
Privarla de la visión de tu sonrisa durante ese trocito de tiempo habría sido más que suficiente.
Pero claro, tú no lo sabías.
Y te fuiste.
Y ella se quedó sola.
Y deseo volver atrás en el tiempo y recuperar todos aquellos instantes que había perdido por la imperiosa necesidad humana de parpadear.
Mas no pudo, y creyó volverse loca, hasta que un día encontró una solución que si bien no le permitía rescatar el pasado, si le permitía salvar el futuro.
Desde entonces vaga silenciosa por la casa, con los ojos cerrados, cubiertos por un fina tela.
Está convencida de que si aguanta sin abrir los ojos hasta que tu vuelvas, no tendrá que volver a parpadear nunca más.
Y así podrá verte siempre, sin miedo a perderse ni el más ínfimo de los destellos que vivan en tus iris color turquesa.




jueves, 23 de septiembre de 2010

Las palabras más bonitas del mundo...

Ópalo.
Libertad.
Nenúfar.
Cristal.
Loto.
Ámbar.
Titilar.
Anhelar.
Crisálida.
Inexorable.
Pérfida.
Carcaja.
Sutil.
Pusilánime.
Susurro.
Murmullo.
Alhelí.
Delirante.
Piélago.
Pliegue.
Libélula.
Regocijo.
Rostro.
Trébol.
Tuétano.
Diáfano.
Colibrí.
Gladiolo.
Obnubilado.
Fósforo.
Sosegar.
Frágil.
Almíbar.
Sagaz.
Taciturna.
Titubear.
Titiritero.
Fugaz.
Ganga.
Percepción.
Fulgor.
Genuino.
Presagio.
Vestigio.
Recóndito.

Y es que no puedo evitarlo, menos aún si es otoño, soy una amante de las listas...

lunes, 20 de septiembre de 2010

El aire ya llora otoño.

El aire ya llora otoño.
Y yo me enamoro del cielo gris, de las noches frías y de los paraguas.
Las estrellas se están haciendo azules, quieren brillar más que tus ojos.
Por una vez Josephine March amará a Theodore Laurence antes de que los árboles se desnuden.
Tu querrás oir mi voz.
Yo tendré una canción que olerá a valentía, y que me hará llorar.
El aire ya llora otoño, dice que se ha encaprichado de los números impares y de los lunares rojos. Yo creo que sabe mi secreto.

http://www.youtube.com/watch?v=ArAlk3yf5hI

jueves, 16 de septiembre de 2010

Como enamorase del aire.

And now I'd like to know who will be my little Laurie...

Me basta para amarle el saber que existe,
y que antes de verle nunca lo había soñado.
Me basta para amarle su corazón inaccesible,
sus ojos, su sonrisa, sus versos claros.

martes, 14 de septiembre de 2010

Todo sea inconformismo.

Desde que amanecí he visto y he observado
que en esta vida hay más lágrimas que sonrisas,
que es más triste el odio que alegre el ser amado
y que quien teme al tiempo es quien tiene prisa.

He notado que por frío o por calor
nunca placen los aires que se respiran,
que en verano se extraña al álgido sol
y en invierno se añora el tórrido clima.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Había un chico que me hacía cosquillas en la nariz...Con tan solo mirarme. Y era francés.



Tus manos tenían aromas fuertes a café
y a chocolate humeante si era sábado.
Tus ojos albergaban anhelos de volver
y tibias lágrimas bajo sus párpados.

Dices que no amabas sino a un vago recuerdo,
que sufrías por vestigios de añoranza.
Dices que querías volver a alzar el vuelo,
llegar al cielo, tocar el sol, salvar tu alma.

Te fuiste, y ahora que has regresado no sé
dónde dejaste olvidada a la nostalgia,
entre qué besos quedó tu locura o por qué
bailas riendo bajo las acacias.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

=)

El parque estaba desierto y los columpios, tan quietos, parecían tristes...Esta vez Matilde se sentó en el derecho, por si acaso.
Sintió que su corazón temblaba de miedo y deseo cuando el chico de ojos ambiguos apareció de repente en la entrada del parque, dio unos pasos vacilantes hacía donde se encontraba Matilde y finalmente se paró, observándola con expresión curiosa. Matilde tuvo que apartar la mirada, su corazón ahora convulsionaba exaltado, el golpeteo frenético del pecho le dolía intensamente. Se obligó a sí misma a levantar los ojos del suelo, pero lo que vio ahora hizo que su corazón empezará a tiritar de frío, el chico se alejaba cada vez más rápido.

martes, 7 de septiembre de 2010

Había un chico que me hacía cosquillas en la nariz...Con tan solo mirarme.

Soy idiota.
Una idiota que ha soñado el amor bajo la sonrisa de mil rostros sin nombre.
Una idiota que despierta con el rumor de unos falsos versos acariciándole los oidos, que recibe el sol entre el olor a mar de un almirante poeta y las nubes de humo que flotan en un café parisino.