lunes, 4 de octubre de 2010

Cuando yo era pequeña.

Cuando yo era pequeña era mucho más grande que ahora. Y mucho más valiente. Y tenía el corazón lleno de sueños que cumplir y metas por alcanzar.
Iba a librar tantas batallas, a conseguir tantas victorias...Iba a convertirme en una heroina.
Y también amaba de aquella. Amaba las estrellas, el otoño y el invierno, los sábados, el verde y la lluvia, amaba el sol tibio y el mar, las construcciones del lego, los polvorones...
Y las cometas.
Pero crecí.
Conocí el mundo, lo encontré mezquino, egoista y orgulloso.
Lo desprecié y lo compadecí, pero yo también me asusté, vi que el amor era muy pequeño, que nunca llegaba lo suficientemente lejos, y que a veces hasta él mismo era cobarde y miedoso.
Y no supe quien iba a salvarme, ni quien iba a luchar a mi lado. Me rendí, me encogí, me escondí, y me hice pequeña.
Empecé a sentir cosas que nunca antes había sentido. El miedo llegó casi de repente, y se posó en mi corazón.
Peter Pan llegó para quedarse, igual que el Príncipito y también Pepe Tenedor, para que las noches no fuesen tan pavorosas.
Los años pasaron, pero mi corazón no envejecía, ni mis ideas.
Los príncipes azules si existen.

8 comentarios:

  1. boniiiiiiiiiiiito!
    perdón por tardar... pero me perdí por el camino... ya he alcanzado tu blog ^^

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  2. ay que bonito texto, yo de pequeña también era más grande. Me refiero a más soñadora y tal, ahora mi vida está destrozada jaja. Pero hay que aprender a poner la otra mejilla y sonreir aunque no es lo que te apetezca, solo por las demás personas.

    Un beso ! te sigo(:

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  3. De pequeños somos más grandes, por eso de mayor queremos ser pequeños.

    Hace cuanto que perdimos aquello...

    Besines.

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  4. a mí los príncipes azules no me gustan nada, pero si me lo cambias por un elefante trotamundos acepto.


    (cosquillas
    en la tripa)

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  5. geniaaaal ;) me encantaa jjajaaj

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  6. los príncipes azules no existen, lo que pasa es que se confunde el término con el de buenas e imperfectas personas que nos hacen felices.
    Una entrada perfecta, como siempre.

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