miércoles, 12 de septiembre de 2012

Estamos en Hiroshima.


Ella se ha pintado un poco ese día. Ha llorado. Tiene la cara negra. Aquí y allá. Él la ha besado. Ha besado sus ojos mojados y negros y luego su cara.

(Él la ha visto llorar y la ha deseado. Ha visto como se iban llenado sus ojos hasta hacerlos casi transparentes. Ha visto las primeras lágrimas que empapaban la pintura oscura de sus ojos mal pintados y la ha besado. Ha querido bebérsela. Ha creído que se hacía líquida)

Él también ha llorado. Tiene marcas de agua por las mejillas. Es la parte de la lágrima que no se evapora y que queda en la piel. Como una zona de piel un poquito más clara que cruza desde el ojo hasta la barbilla.
Ahora están separados. Ya no se besan ni se abrazan. Tiemblan sus bocas. Las dos bocas sucias. Una de besar y otra de ser besada. Se miran.

Entonces ella le mira como si le desafiara. (Ha recordado una cosa y luego otra. Ha visto el contraste entre dos brazos que no pertencen al mismo cuerpo. El brazo de él y el brazo de ella. En un momento cualquiera, juntos. Diferentes. Pero como si no pudieran existir por separado). Y realiza el acto que desencadena el pensamiento: levanta sus manos, sus dos manos, separa los dedos y los coloca a la altura de sus propias cejas. Las despeina. Las destroza.

Y ahora él sabe lo que tiene que hacer y lo hace. Se acerca a ella. (Él es más alto que ella, lo justo para que la boca de él pueda besar la frente de ella siempre que se quiera). Besa primero el cachito de piel entre las cejas, y luego milímetro a milímetro besa sus cejas, las peina con sus labios. Primero una y luego otra. Despacito. Muy despacito.

Ya ha acabado.
Entonces ella sonríe Y ya no puede parar de sonreír. Y se da la vuelta y se aleja sonriendo. Y se clava las uñas en la palma de las manos. Y sangra. Pero no lo nota. Ese dolor no existe para ella. Solo existe el otro.

4 comentarios:

  1. Muy bello. Humano y todo lo demás.
    un beso Alba.

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  2. Es una escena ultrajante, tormentosa. No necesitas saber nada antes ni después de ese instante porque la descripción basta.

    Me permito agregar, que sería un texto perfecto si revisaras esa frase de "Y realiza el acto que desencadena el pensamiento"; es ambigua, desconcierta y rompe la fluidez.

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