jueves, 22 de septiembre de 2011

A veces come sin hambre. Cuando camina usa las dos piernas. Si le pones la mano en el pecho notas como algo le late allí dentro. Duerme con los ojos cerrados y si está despierto no aguanta mucho tiempo sin parpadear. En invierno suele tener más frío que en verano.  Le gusta salir con sus amigos. En ocasiones se siente solo.  Le da pereza lavarse los dientes y sin embargo lo hace.  De pequeño dijo que nunca bebería café.

¿De dónde saldría?

4 comentarios:

  1. ¿De dónde habrás salido tú? Eres de lo que no hay...

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  2. Es todo un descubrimiento, Alba Flores. Hablo de usted.

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  3. No daba un duro por ti, como ya sabes, básicamente porque las personas que son tan calladas y aparentemente intensas de primeras me da la sensación de que son esclavas de su propia impostura, que viven bajo el pesado yugo de un kitsch que ellos mismos han creado. No te conozco lo suficiente como para decir que eso sea total y absolutamente falso, pero desde luego que ni de coña es todo lo que hay ni es toda la verdad. Como poco se nota que vives tu propio romanticismo, que ves el mundo de la forma más báquica que te permiten tus órganos (como si fueras un cronopio) y que tienes una sensibilidad fuera de lo común.
    Ya seguiré leyendo, si no te importa.

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